NOTAS SOBRE EL GRITO LIBERTARIO AMERICANO EN CLAVE FEMENINA
El primer grito libertario de América.
Me acerqué a una muchacha que estaba leyendo sentada en un lateral del patio, al cerrar el libro para atenderme, ojeaé el título (después supe que su autor era de Gabriel René Moreno): Últimos días coloniales en el alto Perú.
Pensé que la suerte acompañaba mi interés y le pregunté si había otro museo específico del proceso histórico de la independencia, dado que más que cuadros y batallas victoriosas, me interesaba su evolución, el pensamiento, las ideas, la situación de los pueblos, etc... en casi dos décadas tuvieron que evolucionar, transformarse —le explicité.
Con una amplia sonrisa me indicó que el más importante museo es el colonial de Charcas, al lado de Antropológico. Pero ahora estaba en obras que nunca se saben cuando se acaban, ya que se tenía previsto finalizarlas el mes pasado.m
De todas formas me aseguró que la exposición de las corrientes ideológicas, sus errores y mucho menos de sus deshonrosas actuaciones, no encontrará nada aquí, tampoco en los libros de texto de historia.
Viendo que la charla no parecía importunarla, me senté a su lado después de presentarme y pedir permiso para ello. Se llamaba Aurora y era estudiante de Literatura e Historia en La Paz, coincidió que había estado en Vallegrande por los actos del Che y residía unos días en Sucre en casa de un familiar de su pareja.
Iniciamos un conversación que me enriqueció durante más de media hora.
También en el 79, en el Alto Perú (prov. Potosí), inicialmente sin relación con Tupac Amaru II, el cacique Tomás Katari dirigiría la primera rebelión en el Alto Perú. Sería preso por engaño y despeñado sin sentencia, evitando eludir los acuerdos pactados (comportamiento hacia el indígena que se repite hasta la saciedad desde que fueron conquistados), todo ello desencadenó que la venganza extendiera la llama de la insurgencia y se convirtiera en grito libertario.
El cacique aymara Julián Azapa, con el nombre de Tupac Katari, su esposa Bartolina Sisa y su hermana Gregoria Apaza, serán los encargados de dirigir
Hace muy poco que la historia oficial, por presión de la reivindicativa memoria popular indígena, ha reconocido oficialmente, deshaciéndose del relato machista colonial, el liderazgo y valor de las mujeres indígenas. Bajo la sombra de Amaru y Katari, se ocultó el valor paritario de la mujer en la cultura indígena y quisieron borrar las deshonrosas derrotas que bajo la dirección de ellas les infligieron.
Siempre se menciona que Tupac Amaru y Katari fueron oficialmente dispuestos curacas por su consejo de amautas (hombres sabios), pero pocos mencionan que también participaron, con igual poder consultivo, el consejo de mamacunas (mujeres sabias).
Muchas comunidades comunidades aimaras siguen rindiéndoles honores.
El 5 de septiembre se conmemora el día internacional de la mujer indígena en memoria de Bartolina.
―Pero para mí -dijo con solemnidad la muchacha-, Micaela Bastidas, de piel rosada y esbelto cuello, conteniendo sangre española, indígena y se dice que africana, fue la principal artífice intelectual del levantamiento.
La familia Bastidas tenían una posición económica holgada, tierras y una vida próspera. José Gabriel era cacique, arriero y heredero del título y rango de emperador inca. Micaela con ciertos estudios era la administradora del hogar y de los negocios familiares. Pensemos que entonces la mayoría de los indígenas carecían de estudios y la mayor parte no sabían leer.
Con tres hijos y en una situación de opresión y abusos hacia el indígena que se habían endurecido, se podían considerar unos privilegiados. Pero el sueño de Micaela de liberarse del reino de España, modificaría totalmente sus vidas. Se la relegó en el papel de colaboradora y consejera en la contienda, pero sus cartas revelan su gran protagonismo como estratega o liderando acciones guerrilleras. También se dice que en sus arengas arrastraba muchos seguidores, no tan solo mestizos y creyentes (hubo un respeto total a la iglesia, lo que hizo que una gran parte del clero comunal avalara la revuelta), también consiguió la participación de comunidades de cimarrones y de esclavos que escaparon para unirse a ellos, e incluso la participación de criollos cansados de injusticias y despotismos oligarcas. Aspecto éste que creó diferencias importante con Tupac Katari, dado que éste no incluyó a los criollos, más bien consideró a todos sus enemigos.
La importancia y autoridad de Micaela debió llegar a ser mucha, dado que fueron relevantes los títulos y el dinero que otorgaron los españoles a quienes contribuyeran a la captura, según Daniel Valcárcel, de la “más temida que jefe ninguno”.
Se dice que Amaru, en el cerco a Cusco, si hubiera seguido las indicaciones de Micaela de atacar inmediatamente, hubiera modificado el resultado de la contienda, incluso, según algunos, de la guerra. Para evitar derramar más sangre, Amaru intentó negociar, lo que aprovecharon los realistas para darle largas en la espera de la llegada de los refuerzos, que no hubieran podido hacer nada si Amaru hubiera entrado en Cuzco.
En fín, dijo orgullosa la muchacha, todas ellas son tan solo las cabezas visibles de muchas otras: Tomasina Silvestre, Isidora Katari, María Lupizia....( me dijo más nombres de los que solo pude almacenar éstos).
Aurora aseveró que tal ha caracterizado la lucha de los pueblos originarios, ambiciones personales, disidencias y traiciones acabaron dando la victoria a las tropas realistas, en nada de todo eso, fueron mujeres las protagonistas.
Le expresé que me parecía demasiado subjetiva la apreciación, y con una sonrisa concluyó: ―quizás sí.
katari sería descuartizado en vida por cuatro caballos jaleando en dirección contraria, parecida suerte correría Tupac Amaru lI, aunque en este caso los caballos no pudieron desmembrarlo y tuvieron que recorrer a la hacha. La cabeza y las extremidades de los principales líderes, entre ellos las mencionadas mujeres, -denotando su importancia en el liderazgo-, se expusieron partes de sus desmembrados cuerpos en sus respectivos lugares de nacimiento o en emblemáticos lugares en las que participaron victoriosas.
Los guerreros capturados serán todos ejecutados previamente torturados y cortadas sus lenguas en exposición pública, igual suerte correrían todos los familiares de los líderes indígenas, partícipes o no en la contienda, entre ellos esposas e hijos.
También me contó que las 90 mujeres supervivientes que acompañaban a los ejércitos, entre ellas 17 niñas, fueron enviadas caminando descalzas (1400 km) hasta el Callao, para ser embarcadas hacia el exilio en cárceles de México o España. Tan solo quince llegaron al destino. El indígena perdería mucho más que una guerra, el terror, la represión, la injusticia y el abuso se cebaron en las comunidades indígenas.
Por la noche leí varios documentos ampliando esta cruenta contienda, en el que el sueño de Libertad que pretendieron conseguir con el coraje de un mayor número de combatientes, lo hizo imposible la gran diferencia armamentística y las traiciones.
Me sorprendió saber que el indígena hasta mediados dell siglo XIX, independientemente de su condición y rango, tenía prohibido subirse, incluso poseer para tiro de labranza, un caballo. Un elemento que posibilitó masacrar en las retiradas o atrapar a los dirigentes en rápidas emboscadas, dada la lentitud de sus desplazamientos.
Notas sobre la independencia del Alto Perú. Juana Azurduy
En la defensa victoriosa de La Paz, gracias a los refuerzos que partieron desde Sucre, Murillo fue ascendido de soldado a teniente, tras demostrar gran valentía acompañada de una buena dosis de crueldad y falta de escrúpulos hacia el indígena. Evidentemente la abolición de la mita y de la esclavitud no estaba entre sus metas, ni en ninguno de los primeros próceres de la independencia. En 1809, las palabras de licenciados y notables criollos que hicieron la proclama de la junta constitutiva en La Paz, encabezada por Murillo, no hablaban de insumisión al rey Fernando VII, más bien, al ser depuesto por Bonaparte en favor de su hermano, le mostraban su fidelidad. Nunca hablaron sus proclamas de la independencia del Alto Perú, ni nunca se miraron en la emancipación norteamericana, ni avalaron, más bien todo lo contrario, las ideas libertarias de la revolución francesa. En 1809 el auténtico grito libertario que tanto presume Sucre y su Universidad, lo puso el pueblo mestizo, que sí hablaba de libertad e independencia de La Corona.
El primer grito libertario en Sucre lo encabezó también una mujer: Mariana Zudáñez. La muchacha salió a pedir ayuda por el arresto de su hermano Jaime (prócer de la independencia), incitando a los vecinos a solidarizarse en la exigencia de su libertad, la población respondió de forma inesperada y radical sublevándose.
Aquella noche del 25 de Mayo, Doña Casimira de Ussoz y Mozi, esposa del oidor de la audiencias de Charcas, arengaría desde su balcón al pueblo para ocupar la casa del Presidente de las Audencias de charcas: García Pizarro.
El nuevo presidente de la audiencia, Mariscal Nieto, desterraría De Sucre a la pareja, pero antes Casimira será amordazada, ultrajada y vejada en público.
En La Paz, el General realista Juan Manuel de Goyeneche con un ejército de 5000 soldados armados hasta los dientes se enfrentó a las tropas de Murillo que no alcanzaban los mil mal armados; con ello se demuestra que muy listo no era, pensé. Antes de ser ahorcado se erige mártir de la independencia con una solemne proclama encendiendo simbólicamente la “tea de la libertad”. En su recuerdo los paceños cada julio hacen la solemne marcha de las teas.
Un año después de la muerte de Murillo se crea la primera junta de Buenos Aires y desde allí partirían las primeras fuerzas argentinas (gentilicio que en aquel entonces tenían los que vivían a orillas del Río de la Plata) con el nombre de “fuerzas del Norte”.
En 1811 Goyeneche anula hábilmente el sistema de castas impuesto por el colonialismo, declarando en Tiahuanaco, delante de una gran asamblea de aimaras y quechuas, la igualdad de razas y la abolición de la mita. Lo que propició que el avance libertario se viera frenado en diferentes frentes por los propios indígenas que se lo creyeron.
No será hasta el año siguiente, con la llegada de Belgrano, que volverán a producirse las primeras victorias, aunque de carácter efímero, ya que Goyeneche volverá a recuperar el Alto Perú.
Padilla, dirigiendo un reducido ejército de milicianos se dedicaría a la guerra de guerrillas, creándose un conjunto de zonas liberadas llamadas “republiquetas”.
Juana se esconde con sus hijos dada la delicada salud de dos de ellos, pero la insalubridad del medio y la poca alimentación desembocaría en la muerte por malaria de sus cuatro hijos, dos niños y dos niñas.
Un año después, cerca de Villar (Bolivia), Juana Azurduy, al frente de treinta jinetes, entre ellos bastantes mujeres, atacó a las fuerzas del general español La Hera, les quitó el estandarte y recuperó los fusiles; tomando cinco días después el cerro de Potosí. Debido a su brillante acción y la de sus “Amazonas”, recibió el rango de teniente coronel y el general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable. Meses más tarde, embarazada de la que sería su única hija viva, fue herida en la batalla de La Laguna, al acudir Padilla en su ayuda encontraría la muerte.
Al abandonarse la ruta altoperuana para combatir a los realistas, remplazándose por la vía chilena por la que San Martín llegaría a la capital del virreinato, disminuyeron drásticamente sus fuerzas, viéndose obligada a replegarse hacia el sur para unirse al ejército de Miguel de Güemes. Con la muerte y derrota de Güemes se tendrá que ocultar de un tenaz persecución, a la que se verá sometida hasta el final de la contienda.
En 1825 Simón Bolívar declara la independencia del Perú, mandando al mariscal Antonio de Sucre a “La Plata”, que sin demasiada oposición la conquistaría. Se crea la república independiente de Perú con el nombre de su libertador y le propone la presidencia, renunciando éste a favor de Sucre, la capital se rebautizaría con su nombre.
Los dos libertadores van al encuentro de Azurduy y conocen con vergüenza la condición miserable en la que vivía. La ascienden al grado de coronel y le otorgan una pensión vitalicia. Se dice que al salir Bolívar le dijo a Sucre: “Este país no debería llamarse Bolivia en mi honor, sino Padilla o Azurduy, porque son ellos los que la hicieron libre”.
Pero diferentes gobiernos posteriores le congelan la pensión y al final se la quitan. Relegándola a vivir en la absoluta pobreza y morir en el olvido y la soledad. Sería enterrada en una fosa común en el norte argentino (Jujuy).
Varias décadas después se exhumaría su cuerpo y se trasladaría con todos los honores a un mausoleo en Sucre.
Al quererle preguntar sobre la ausencia de su hija en el tramo final de vida, observé que un muchacho parecía hacer gestos hacia nosotros desde la puerta, entendí que requería rapidez, por lo que deduje que tenía esperando un coche en la puerta. Se levantó decidida, pero antes de irse me dijo:
―Si hubiera sido Padilla el superviviente, seguro que su fin hubiera sido muy distinto. Un placer, señor Miralles.
La deshonrosa y cruenta idiosincrasia del poder.
Antonio José de Sucre... Wilka...
Al incorporarme por la tarde nuevamente la casa de la libertad, estaban proyectando un documental sobre los últimos cincuenta años de Bolivia, el país que ostenta el récord mundial de golpes de estado desde la independencia, por ello celebrar sus 38 años de democracia era todo un logro.
En España llevamos dos años más, en una democracia que se cimentó sobre la base de cuarenta años de una cruenta y férrea dictadura. La verdad es que lecciones de democracia no podemos dar.
Buscando sitio para sentarme, percibí a una muchacha haciéndome señales, era Aurora. Me acerqué y trasladándose logré sentarme a su lado, saludé al novio que no parecía importunarle mi presencia, dada la amplia sonrisa que me dispensó.
En voz baja me dijo Aurora que se alegraba de verme, en especial al no haber tenido tiempo de contestarme sobre lo que representó para el Che el vivir la revolución del 52. Ella creía que se había dado cuenta de que la unidad y la organización comunitaria no era patrimonio de estas tierras. Cada uno iba a lo suyo, sindicatos enfrentados con sindicatos, la miseria explotando a la miseria, la corrupción, la marginación étnica defendida por la izquierda, la ausencia de conciencia de clase del indígena, etc... Se equivocó el comandante si esperaba que hubiera cambiado algo, es más, estaba convencida de que al ingenuo lo engañaron intencionadamente.
Después de respetar el silencio del público y atender el documental, dado que hasta el novio nos miraba mal, me indicó que el presidente más honesto e inteligente que habían tenido fue el primero, el venezolano Antonio José de Sucre.
Redactó en 1820 el tratado de armisticio y regularización de la guerra. Marcó la pauta en el derecho internacional fijando el trato humanitario que tenían que recibir los vencidos de los vencedores. Convirtiéndose en el precursor de los derechos humanos en una contienda.
Después de haber impulsado la constitución más liberal del mundo, organizado el territorio, la instrucción pública, promulgando leyes progresistas, aboliendo la mita y la esclavitud, modernas propuestas para el desarrollo económico, educativo, sanitario, etc..., a poco más de dos años de haber sido nombrado presidente ya lo intentaron asesinar en el motín de Chuquisaca. Viendo las hostilidades abandonó el país para entregarse a la lucha por la independencia de Ecuador.
Las reformas fueron todas derogadas o pospuestas su aplicación. Sería herido en la batalla de Quito y asesinado a los 35 años por los propios liberales en Colombia. Nunca se conocieron los culpables, pero todos sabemos que fueron el general José María Obando (que llegaría a ser presidente de Colombia) y Juan José Flores (sería presidente de Ecuador). El sueño bolivariano de una América unida frente a la poderosa Europa y los incipientes EEUU, quedaría definitivamente truncada por los secesionaistas dirigidos, entre otros, por estas dos figuras. Más bien los conflictos territoriales y fronterizos entre los modernos países americanos serán constantes a partir de entonces y La mayor parte provocados por intereses extranjeros.
Me recomendó que leyera la biografía de Sucre, la que salvando distancias decía tener muchas similitudes con la del Che.
La codicia y el poder económico son los que manejan el mundo, los héroes populares son reverenciados en el cumplimiento de la misión, pero lo mejor será deshacerse de ellos una vez cumplida, ya que su carisma popular y principalmente sus ideas progresistas les estorban, un claro ejemplo está en todos los próceres de la independencia sudamericana: San Martin, Simón Bolívar, Bernardo O'Higgins, Sucre...
―¿Sabe usted quién es el principal héroe nacional de la guerra federal? —inquirió Aurora.
Expresando mi ignorancia con un gesto, me dijo:
―Pablo Zárate Willka, el cacique que llegó a ser coronel del ejército republicano liberal y que sería asesinado por los mismos liberales a los que, gracias a la heroicidad del ejército indígena que lideró, había otorgado la victoria definitiva sobre los conservadores.
Nunca pretendieron cumplir las promesas otorgadas para el pueblo indígena, tan solo los utilizaron, y frente al miedo a que las exigieran por la fuerza, optaron por deshacerse de èl con total impunidad, igual que del resto de los líderes de su ejército, declarándolos traidores fueron literalmente cazados.
Por la noche indagaría sobre este personaje, del que hablaré en La Paz, al conocer por un guía los acontecimientos que marcaron aquella guerra civil.
Le transmití, con pena hacia la especie humana, que los poderes que han regido el mundo, siempre han actuado de la misma manera, no es patrimonio de Bolivia la ausencia de justicia, escrúpulos, ética y respeto por la vida, la ambición del poder es internacional y no tiene límites.
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