Notas sobre el Litio, el Salar y Bolivia



          Si se uniera el llamado “triángulo del litio”,  junto al Salar de Acatama (Chile)  y el del hombre muerto (Argentina), se puede considerar que tendrían más del 85 % de la reserva mundial de litio. Pero ningún país trabaja propiamente con el material, ni realiza ningún valor agregado al mineral, se limita únicamente a la extracción de la materia prima por empresas mineras extranjeras que lo exportan a Europa, Rusia, China, Corea y Japón. 


Nadie muestra interés por unirse en un negocio común, más bien el rencor hace que la confrontación sea permanente y competitiva, a Bolivia  le quitó Chile su salida al mar,  o la distancia de Argentina con Chile después de la Maldivas. Todo perfecto para los intereses y planes del gran capital internacional.

Intereses europeos (franceses y alemanes especialmente), japoneses y coreanos intentan participar en el futuro negocio boliviano, junto con los que ya lo hacen, aliados de Evo Morales: Rusia, Irán y China. Con su ayuda llegaron hasta los depósitos de litio, creándose una planta de extracción y producción del carbonato de litio que hoy exportan a estos países.


El proceso iniciado por Evo Morales para crear un estructura industrial que posibilite la explotación minera por parte del propio estado, hasta el último proceso de aislamiento del litio, hizo que impulsara un ambicioso proyecto educativo de cara a formar ingenieros y técnicos medios y superiores. La pretensión es que los recursos minerales no sigan siendo explotados, ni manipulados sus precios por intereses extranjeros, que los trabajadores y técnicos sean nacionales y que el dueño y gran beneficiario de su riqueza sea el pueblo Boliviano.


Pero después de exponer cada uno argumentos futuros, todos coincidimos que a Evo no lo dejarían gobernar un nuevo mandato, sea por la fuerza o por las leyes, la derecha conservadora (y la extrema derecha xenófoga) y el ejército estaban cansados de esperar su descrédito


El pesimismo  embargó la conversación, presintiendo que volvería a pasar lo mismo de siempre. El caso de Macri en Argentina le dio peso a Gabriela para vaticinar que en América Latina no hay manera de romper con la corrupción. Todo el esfuerzo del pueblo argentino para hacer frente a una deuda impagable, la nacionalización de algunos recursos, todos en manos extranjeras..., Todo ello para que dos décadaS después se vuelva a endeudar el país y se vuelvan a privatizar los recursos.


Por desgracia, dos años después (2019) se haría realidad el presagio. Con un disimulado golpe de estado, acompañado con una fuerte represión militar, el exilio de Evo Morales y el veto a todos los dirigentes históricos de MAS para presentarse a las eleciones, la derecha pretendía conseguir su objetivo. 


Lo primero que han anunciado si ganan es la puesta a la venta de la explotación de los recursos naturales, en los que el Salar de Uyuni es la gallina de los huevos de oro, igual que en su día fue Potosí. 


Ojalá me equivoque, pero la corruptela gobernante se forrará con buenas comisiones y las inversiones extranjeras se enriquecerán con la explotación de los recursos naturales del país. Es triste, pero es la historia interminable de América Latina. 


El pueblo boliviano tiene la oportunidad, a pesar de las piedras dispuestas en el camino, de revocar en las urnas estas intenciones ¿Conseguirá el pueblo unido reivindicarse o la unidad sin Evo será imposible y aparecerá otro Bolsonaro? 


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